Reconocimiento facial la biometría más amigable.
Tecnologías biométricas hay diversas para elegir; iris y retina, huella dactilar, palmar, calorífica, vascular, escritura, voz, etc, pero de todas ellas, la que aúna mayor seguridad, fiabilidad, usabilidad y aceptación, es la biometría de reconocimiento facial.
Aún hay quien al oír hablar de biometría de seguridad piensa que es el futuro, algo viable en 50 años o más, pero lo cierto es que está entre nosotros desde hace algunos años. ¿Quién no ha visto algún dispositivo de huella dactilar? Sobre todo estropeados o en desuso por parte de usuarios reacios por motivos de higiene. Sin duda la biometría de huella dactilar es la más extendida, por ser de las primeras en utilizarse ya que desde finales del siglo XIX existe la dactiloscopia, rama de la ciencia que estudia la huella dactilar o palmar, y que por su uso en la resolución de delitos ha hecho que se desarrolle antes que otras llegando al mercado de consumo en forma de sensores de todo tipo y calidad.
La huella dactilar es una biometría comprobada y eficaz para algunos casos, pero cada vez tiene más desventajas frente a otras biometrías, bien por problemas de posible falsificación, o problemas de uso que ni los sensores más avanzados van a poder resolver, como la interacción con un dispositivo de manera directa. Usar la huella dactilar conlleva contacto con un dispositivo y a un porcentaje elevado de la población no le importa ser controlado por algún sistema biométrico, pero lo de tener contacto con un dispositivo que tocan otras personas, suele ser un problema para gran parte de la población.
Exclusivamente con los sistemas más avanzados que usan sensores ultrasónicos u ópticos de elevado coste, se puede evitar el contacto, pero aún así no se evita el gesto de colocar la mano a cierta distancia para facilitar su lectura, por lo que sigue siendo una biometría inválida para casos en los que por ejemplo una persona haya sufrido la pérdida de sus extremidades o incómoda en escenarios donde se llevan guantes, se va en un vehículo y hay que bajarse o colocarse a una distancia próxima, se portan objetos… Hay muchas situaciones en las que la huella dactilar no es una biometría adecuada ni eficiente.
Del resto de biometrías mencionadas, se podría decir algo similar, para la biometría vascular, se usa una costosa tecnología en sensores ya que es como la tecnología más avanzada de huella, aunque presenta una seguridad más alta y una falsificación por el momento más compleja, sigue requiriendo de gestos o contacto por parte del usuario para su reconocimiento.
La biometría del ojo por iris o retina, no evitan el problema de una incómoda interacción con el dispositivo.
Las biometrías de firma y escritura, son utilizadas sobre todo en tramites de documentos, en banca o administración. Útimamente a la hora de pagar con tarjeta se usa habitualmente el PIN que ha ido sustituyendo a la firma, pero esto siempre tras una identificación visual de la persona, ya que es sencillo que emulen nuestra escritura y se engañe al lector. Junto con la biometría de voz que igualmente puede ser falsificada, grabada o emulada, convierte a estas 2 últimas en biometrías meramente accesorias como segundo factor de autenticación tras el uso de otra biometría más segura.
Por estos y otros motivos que ya analizaremos, la biometría de reconocimiento facial se presenta como la solución más práctica, infalible y utilizable convirtiéndola en “friendly” su traducción sería la de amigable.
Ventajas del reconocimiento facial
La biometría de reconocimiento facial permite que los usuarios no tengan que hacer esfuerzos de ningún tipo para disfrutar de ella, simplemente con detenerse a la distancia habitual de conversación con otra persona, y en menos de lo que se tarda en decir !Hola!, un usuario es reconocido, registrado y puede continuar realizando sus funciones.
Esta enorme ventaja nos permite por ejemplo instalar nuestro avanzado sistema biométrico de reconocimiento facial en sustitución de vetustos lectores de huella instalados en fábricas donde los operarios portan guantes de protección que debían quitarse, además el ambiente no es el más pulcro y los lectores de huella digital presentaban graves problemas de suciedad que acaban en costosas reparaciones y sustituciones. De este modo los operarios no pierden el tiempo quitándose elementos básicos de seguridad o lavándose continuamente las manos para fichar, abrir puertas o encender máquinas conectadas a un software de reconocimiento facial que les permitirá realizar todas esas acciones.
Esta es una de las grandes ventajas que presenta la biometría de reconocimiento facial que ofrecemos en ORNA INNOVATIONS, a parte de otras muchas que iremos comentando en sucesivos post de nuestro blog al que te invitamos a leer si quieres descubrir todo lo que la biometría te ofrece y sobre todo el reconocimiento facial.
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